La nueva obra “Vuelo en Refugio” es una representación profunda de la dualidad entre protección y fragilidad, una metáfora visual que trasciende la simple imagen de una mariposa. La figura central, con sus alas vibrantes y detalles marcados por el tiempo, simboliza la lucha por preservar la esencia ante la adversidad y las cicatrices que la vida impone.
Cada aspecto de la pintura está cargado de significado. Las alas más grandes, aún vibrantes con colores vivos, hablan de la resiliencia, de la capacidad de enfrentar tormentas y aún encontrar la belleza de volar. En contraste, las alas más pequeñas y apagadas revelan las marcas de batallas internas y las partes de sí misma que se han perdido en el camino. Es un homenaje a lo que se ha dejado atrás, pero que aún vive en la memoria de cada trazo y color.
El contorno amarillo, que envuelve a la mariposa como una armadura dorada, expresa una dualidad compleja. Al mismo tiempo que la protege y la conecta con su esencia más profunda, también la aísla, creando una barrera que impide conexiones genuinas con otros seres. Es una defensa necesaria para preservar la integridad, pero que paradójicamente la distancia de vínculos más significativos.
La obra refleja la búsqueda constante por mantener la autenticidad, incluso después de tantas pérdidas y desafíos. El título, “Vuelo en Refugio”, sintetiza perfectamente esta complejidad. El vuelo, que suele verse como un símbolo de libertad, aquí adquiere una connotación más densa: es un movimiento consciente, pero restringido, donde el refugio se convierte no solo en un lugar de protección, sino en una condición de existencia.
En resumen, “Vuelo en Refugio” es una pintura que no se conforma con ser simplemente vista; exige ser sentida. La obra desafía al espectador a mirar más allá de lo obvio, ofreciendo un testimonio visual de la tensión entre protección y aislamiento, miedo y esperanza. Cada detalle invita a reflexionar sobre las armaduras que construimos para sobrevivir y sobre lo que, en el proceso, terminamos ocultando de nosotros mismos y de los demás.
El poema “Dualidad”, que acompaña a esta obra, captura en palabras lo que el pincel expresó en colores:
Dualidad
Colores que el tiempo desvela,
Volando en un cielo de incertidumbre,
Entre el brillo del día y la sombra de la noche,
Bailando entre fuerza y belleza.
Una armadura dorada,
Que en silencio grita su verdad,
Protege las frágiles alas,
Pero oculta el peso de la añoranza.
Allí, donde el viento toca,
Y las cicatrices se revelan,
Cada tono perdido narra
Historias que nunca se cuentan.
No es el miedo lo que la hace volar,
Sino el deseo de preservarse,
De no permitir que el mundo interfiera,
Con la esencia que aún lucha por brillar.
Y así, entre luz y dolor,
Su danza es un acto de coraje,
Un vuelo en refugio,
Un eco de libertad.
Márcia do Vales