Hoy comparto con vosotros una serie de fotos que refleja mi constante proceso de autodescubrimiento como artista. Titulada “Belleza en la Decadencia”, este trabajo explora temas que siempre me han tocado profundamente — la transformación, la vulnerabilidad y el contraste entre la luz y la sombra.
Estas imágenes están fuertemente inspiradas por la técnica del claroscuro, un juego de luces y sombras que revela tanto la belleza como la melancolía en el simple acto de existir. Los girasoles marchitos, con sus colores desgastados, contrastan con el fondo oscuro y la iluminación sutil, creando una atmósfera introspectiva. Estas flores, que normalmente simbolizan vida y energía, ahora se encuentran en otra etapa — un ciclo natural de cambio, pero aún cargadas de significado. Cada una de ellas cuenta una historia sobre la aceptación de la impermanencia y la fragilidad, tanto de la naturaleza como de nuestra propia esencia. Al igual que la vida, la belleza está en constante movimiento.
Mientras sostenía esos girasoles, envuelta en una ligera niebla, no pude evitar sentirme conectada con lo que representan: la fugacidad de la existencia y de la belleza femenina. En lugar de ver el desgaste, percibí la fuerza en las texturas, en los colores desvaídos, y en la atmósfera densa que invadía el espacio. El humo, la luz suave y las sombras alrededor crearon un escenario donde el pasado y el presente parecían fundirse, donde la fragilidad y la fuerza coexisten y se complementan.
Esta serie también es, en cierto modo, un homenaje a mi propia historia. Refleja las dualidades que he explorado a lo largo de la vida y el arte — entre la fuerza y la vulnerabilidad, lo efímero y lo eterno, lo masculino y lo femenino, lo íntimo y lo público. Al igual que los girasoles, nuestra belleza y nuestra fuerza se transforman con el tiempo, pero siempre llevan consigo una historia, una profundidad que trasciende la apariencia. Este trabajo es una expresión visual de mi propio proceso de renovación, tanto como artista como mujer.
Creo que hay belleza en todo, incluso en aquello que se está marchitando o transformando. La decadencia no es el final, sino una transición — una pausa en la plenitud que revela otro tipo de belleza, quizá más profunda, más compleja. Esta serie refleja esa creencia.
Espero que estas imágenes os toquen de alguna manera. Que encontréis, al igual que yo, la poesía que existe en las imperfecciones, en los cambios y en los momentos de pausa. A veces, es en esos intervalos donde descubrimos nuestra mayor fuerza y belleza.
Os invito a mirar más allá de lo que capturan los ojos. Al igual que en el arte, en la vida siempre hay más capas de las que percibimos a simple vista.
Marcia Do Vales